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Novática 139

Sección: DOCS
 

ATI ante los Colegios Profesionales de Informáticos

Documento aprobado por la Junta Directiva General de ATI (Asociación de Técnicos de Informática) en su reunión del 8 de Mayo de 1999

Este documento representa el posicionamiento de la Junta Directiva General sobre el tema de los Colegios de Informáticos
 

Preámbulo

La Asociación de Técnicos de Informática (ATI),  según su espíritu fundacional, reflejado en los Estatutos vigentes, es una  asociación "abierta a todos los informáticos" y no corporativa, que tiene como meta "ser útil a sus socios siendo a la vez útil a la sociedad en la que está inserta".

En este sentido, el artículo 1.2 de los Estatutos dice literalmente que "desde su fundación en 1967 (ATI) ha estado abierta a todas las personas que, en  cualquier nivel profesional y sector productivo, desarrollan su actividad como técnicos en el campo de las Tecnologías de la Información".

En ese mismo artículo se define como el segundo de los principios básicos de ATI la "promoción y defensa activa de los intereses de sus socios en el ámbito del desarrollo de su actividad técnica, evitando comportamientos excluyentes y corporativistas".

En correspondencia con esa teoría y esa práctica de más de 30 años, y a la vez con la intención de asegurar que los socios de ATI son "profesionales informáticos", el artículo 2.1.2.a. de los Estatutos dice que "podrán ser Socios de Número quienes satisfagan al menos uno de los requisitos siguientes:

· Poseer una experiencia técnico-profesional documentalmente acreditable en el campo de las Tecnologías de la Información durante al menos tres años, que se reducirán a dos si el solicitante posee un título de grado superior o medio otorgado por un centro público o privado oficialmente reconocido.

· Poseer un título académico de grado superior o medio relacionado con las Tecnologías de la Información, otorgado por un centro público o privado oficialmente reconocido.

· Haber desarrollado estudios, trabajos o investigaciones relevantes en el campo de las Tecnologías de la Información, acreditables documen-talmente.
 
Eso significa que ATI reconoce como profesional informático tanto al titulado en Informática como al no titulado, tanto al Director de Sistemas de Información de una gran empresa o al profesor de Informática en una Universidad como al programador de una PYME o de un pequeño Ayuntamiento o al profesional autónomo.

Cualquier cambio sustancial de esas características distintivas de ATI, comunes por otra parte a las que tienen las más prestigiosas asociaciones profesionales informáticas de todo el mundo (ACM, IEEE, BCS, ACS, etc.), puede llevar a ATI a convertirse en una organización menos útil a la Sociedad en general y a los profesionales informáticos en particular pues es evidente que el grado de colaboración, de igual a igual, entre profesionales de todas las procedencias, ámbitos, funciones y niveles de nuestro sector que, siguiendo ese modelo, se ha dado en el seno de ATI durante toda su historia, es altamente positivo y enriquecedor, tanto para la asociación y para todos y cada uno de sus socios, como para la profesión informática en su conjunto y  para la Sociedad en general.
 

El pasado y el futuro

Empecemos señalando el hecho de que ATI nació como sección especializada de un Colegio Profesional (el de Ingenieros Industriales de Cataluña) y que en algunos momentos de su historia han existido en nuestro seno corrientes de opinión, muy respetables pero también muy minoritarias, que han pretendido convertir a ATI en un Colegio Profesional basado en mayor o menor medida en los modelos tradicionales existentes.

Esos intentos nunca han tenido éxito y no porque ATI sea una organización conservadora y refractaria al cambio (que ya ha demostrado en numerosas ocasiones que no lo es) sino porque ha habido un consenso muy mayoritario sobre la validez de nuestro modelo asociativo en una sociedad en la que las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC) tienen un papel cada vez más relevante.

Nuestra orientación estratégica frente  a modelos corporativos cerrados y excluyentes coincide en buena medida con la postura oficial, constante y firme, de la Unión Europea, de no per-mitir limitaciones a la libre circulación de profesionales, que se reflejó en la Ley Estatal de Colegios de 1997, en la que se eliminaban las tarifas colegiales y se obligaba a aceptar a los titulados europeos de titulaciones "equivalentes", entre otras modificaciones.

Es preciso señalar también que nuestra postura respecto a los Colegios Profesionales de Informá-ticos ha estado condicionada en alguna medida por el hecho de que, durante muchos años, en España ha habido una única asociación informática pro-colegio (la ALI, Asociación de Licenciados, Ingenieros y Doctores en Informática), que consideramos que ha encarnado ese modelo corporativista, cerrado y excluyente, y de imposible encaje con nuestro modelo. Por fortuna, en los últimos años ha surgido una asociación como la AI2 (Asociación de Ingenieros en Informática), que también aspira al Colegio Profesional pero desde una visión abierta y ampliamente compatible, e incluso complementaria, con la nuestra. Ello está haciendo posible una estrecha alianza estratégica entre ATI y dicha asociación,  así como una convergencia de acción en temas fundamentales para los profesionales informáticos, plasmada en diversos acuerdos y acciones conjuntas.

Insistimos de cualquier manera en que lo esencial de nuestro modelo asociativo vigente ha demostrado su vitalidad y su vigencia en los 32 años de vida de ATI y solamente ha necesitado de cambios estatutarios y organizativos para hacer progresar a nuestra asociación, que, con todas sus insuficiencias y limitaciones, es con mucho la más numerosa y dinámica de las asociaciones profesionales informáticas existentes en nuestro país.

Pero nuestro éxito relativo no debe llevarnos de manera alguna a la autocomplacencia pues tenemos ante nosotros importantes retos a los que hemos de dar respuesta de forma abierta, inteligente y constructiva, disponible a la cooperación y al diálogo.

Entre estos retos, ante los que ATI no puede permanecer inmóvil y silenciosa, se halla el de la creación de Colegios Profesionales Informáticos en un entorno en el que está accediendo al mercado de trabajo un número creciente de profesionales informáticos con titulaciones informáticas superiores y medias.

Dentro  de ATI convivimos, como se indicó antes, profesionales informáticos de todas las procedencias y funciones, no titulados y titulados. Entre ellos hay profesionales con titulaciones universitarias no informáticas (Ingeniería Industrial, Ingeniería de Telecomunicaciones, Ciencias Físicas, Ciencias Exactas, etc.) que tienen Colegio propio y que por tanto se pueden colegiar -de hecho, no pocos de ellos están colegiados-, mientras que los titulados en Informática, con los mismos años de estudios, no pueden hacerlo. Algunos de ellos pueden considerar que esto es un agravio comparativo, lo cual puede llevarles, con toda legitimidad, a desear formar un Colegio Profesional en el marco de la legalidad vigente. Tampoco se puede olvidar, no obstante, que los Colegios se han usado a veces para fines excluyentes y, en ese caso, pueden significar un perjuicio para otros profesionales, lo cual significaría un agravio aún peor. En el caso de los Colegios Profesionales de Informática, ATI, que no se opone por principio a ellos, trabajará con decisión para que ese perjuicio no se materialice, buscando fórmulas que permitan a todos el ejercicio de sus derechos sin perjudicar a nadie, de acuerdo con la mencionada filosofía fundacional y estatutaria de ATI, y aspirando a la mayor coincidencia y cooperación posibles con asociaciones como la ya citada AI2.

Pero aun siendo cierto que el reto de los Colegios Profesionales es importante para el futuro de ATI, no debemos olvidar que muy probablemente lo sean aún más el efecto de la globalización de la economía sobre el ejercicio profesional, la rápida obsolescencia de los conocimientos tecnológicos, la creciente importancia del ámbito europeo de decisión en lo que se refiere a las condiciones para el ejercicio profesional y, sobre todo, el reto de un cambio social y económico inducido por las TIC sobre el que los informáticos y sus organizaciones profesionales tenemos mucho que decir y que hacer desde diversos puntos de vista (tecnológico, ético, social).

Por ello, desde una actitud abierta y dialogante, partiendo de la fidelidad a las características esenciales que han definido siempre a ATI y que nos han permitido ser la primera asociación de informáticos de España por número de socios y por influencia social, nuestra respuesta a esos retos debe tener como objetivo beneficiar a nuestros socios (titulados o no en Informática) en particular, a los profesionales informáticos en general y, muy especialmente, a la Sociedad en la que nos movemos y a la que servimos.
 

Un marco para la acción

De entre los retos arriba citados, el de la creación de Colegios Profesionales de Ingenieros Superiores (y Técnicos) en Informática en diferentes Comunidades Autónomas es sin duda uno de los de más urgente resolución pues, si se enfoca de forma excluyente y corporativista,  puede tener efectos perjudiciales a corto plazo no sólo para los intereses de muchos profesionales informáticos, socios y no socios de ATI, sino también para la Sociedad en su conjunto. Así se desprende de la lectura del proyecto de Ley de la Comunidad de Aragón y de la propuesta de Ley Estatal del diputado Cárceles, del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados, que van mucho más allá de un objetivo que ATI puede comprender como sería el de tratar de igualar en atribuciones, en el campo de la actividad informática, a los titulados informáticos con los titulados de otras carreras, igualamiento que tendría un efecto neutral para el socio de ATI que no posea ninguna titulación y que sería teóricamente beneficioso para el socio de ATI que tenga una titulación discriminada.

Por ello mismo, en Febrero la Junta Directiva General acordó informar a los socios sobre este tema a través de sus diversos medios de comunicación, abriendo además un debate en el Foro Electrónico ATInet y encargando a una Comisión que elaborase un documento de trabajo sobre el mismo.

Tras haber analizado cuidadosamente la multitud de opiniones expresadas en dicho foro, a veces de modo muy vehemente, y el documento elaborado por la citada Comisión, la posición de la Junta Directiva General de ATI sobre este asunto queda concretada en los siguientes puntos:

1. ATI debe seguir siendo una asociación abierta a todos los infor-máticos, titulados o no, porque consideramos que el vigente modelo asociativo de carácter abierto es perfectamente válido para la misión de ser útil a sus socios, a la profesión informática y a la Sociedad, como demuestra la experiencia propia y ajena en lo que se refiere a asociacionismo informático.

2. ATI no debe oponerse a la creación de Colegios Profesionales de Informáticos siempre que su regulación legal cumpla las siguientes condiciones:

a. Máximas facilidades  de incorporación a los Colegios para el mayor número posible de profesionales informáticos que, sin ser titulados en Informática, cumplan determinadas condiciones (académicas y de ejercicio profesional continuado y demostrable) y deseen incorporarse a los mismos.

b. Inexistencia de obstáculos al libre desempeño, por parte de los informáticos no titulados, del ejercicio profesional de la Informática o a su libre acceso al mismo.

3. ATI se opondrá  resueltamente a que la regulación legal de los Colegios otorgue privilegios a cualquiera de las asociaciones de titulados informáticos existentes en la actualidad o que puedan crearse en el futuro.

4. Dado que entre los objetivos estratégicos de ATI se halla lograr la máxima unidad posible (empezando por la coordinación de acciones y sin excluir la unidad orgánica) entre las organizaciones que agrupan a los profesionales informáticos, nuestra  asociación reforzará y profundizará su actual cooperación con aquellas asociaciones, como AI2, que tengan una visión abierta y no excluyente de los Colegios Profesionales.

5. ATI está dispuesta a establecer relaciones de cooperación con los Colegios que se puedan crear, de manera que nuestros socios, la profesión informática y la Sociedad en general se beneficien de esa cooperación. El modelo de cooperación y complementariedad Colegio/Asociación no es nuevo en España (existe ya en el caso de los Ingenieros de Telecomunicación y de los Ingenieros Industriales) y ha demostrado su validez.

En resumen, ante este asunto ATI mantendrá una posición basada en su propia tradición, firme pero abierta y flexible, huyendo de actitudes defensivas y fundamentalistas, de forma que pueda incluso aprovechar esta ocasión para reforzar y extender, por una parte, su política de cooperación estratégica con asociaciones como la AI2, con vistas a una deseable unidad organizativa de los profesionales informáticos españoles, y, por otra, para ampliar su implantación entre la multitud de profesionales informáticos, presentes y futuros, que no tienen ni van a tener una titulación universitaria, informática o no, que permita la adscripción a los Colegios Profesionales de Informáticos y que pueden ver a ATI como un instrumento de defensa profesional frente a posibles posiciones colegiales excluyentes.
 

Nota final

La Junta Directiva General agradece su contribución a los numerosos socios que han  participado en el debate abierto sobre este tema en el Foro ATInet así como a los miembros de la Comisión ad-hoc designada por la Junta Directiva General para elaborar una propuesta  de documento sobre el mismo. Las contribuciones de todos ellos han sido de gran valor para fijar nuestra posición.