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INFORMATICA Y SOCIEDAD DE LA INFORMACION

QUIOSCO PLURAL DE INFORMACIÓN

Información y desinformación

Desinformación literaria

Cita de dos párrafos de un artículo de Juan Goytosolo

Más allá de estas anécdotas de escaso interés para el lector, percibo en las páginas de Cultura los corolarios de una endogamia que, por acentuarse de año en año, corre el riesgo de convertirse en autismo. La existencia de unos intelectuales orgánicos, no ya al servicio de un partido político o grupo social, sino de la empresa, tiene a la corta o a la larga efectos negativos si no se toma conciencia de ello y no se adoptan medidas para circunscribir el mal. Todos conocemos a estos escritores (buenos o mediocres, igual da) que están siempre en la brecha, allí donde deben estar y que si critican lo divino y lo humano se guardan muy mucho de emitir el menor reparo al funcionamiento del sector cultural y a unos favoritismos de los que son los primeros beneficiarios. Tal vez eso sea inevitable y difícil de erradicar. Pero si desaparecen las voces críticas o son ahogadas por un discurso satisfecho y eufórico -como sucedía en otra escala, mucho más nociva, en las antiguas Uniones de Escritores de los países del "socialismo real"- se corre el riesgo de hablar y aplaudir a quien habla de forma "autorizada"; en otras palabras, de confundir la voz propia con la voz de la sociedad.

Junto a la figura del Defensor del Lector a secas, habría que crear la de un Defensor del Lector Literario, con el encargo expreso de señalar los usos y abusos de nuestro peculiar Parnaso con la ironía de un Larra o un Clarín; el elogio en el que no cree ni el que lo da ni el que lo lee ni a veces, si conserva una pizca de lucidez, el que lo recibe; los compadreos, aborrecimientos y exclusiones ajenos a toda ética y sentido común; la censura comercial mucho más solapada y mortífera que la antigua censura religiosa, ideológica o política. Hoy, como hace cuarenta años, lo que entiendo por crítica literaria -extraño quizás a la mentalidad española, según creía Cernuda- se refugia de ordinario en unas pocas revistas independientes de toda subvención estatal y autonómica, como es el caso heroico de Quimera o Archipiélago, o recurre al libelo provocador pero saludable del samizdat. Quién sabe si los foros espontáneos de internautas serán en el futuro la única alternativa viable a la tiranía de la trivialidad.

El artículo completo se públicó en El Pais Digital el 20.01.2001: http://www.elpais.es/p/d/20010110/opinion/goyti.htm